Partir de una desigualdad para llegar a la igualdad.

Acabo de escuchar esta frase en un video de Diego Ruzzarín (la dijo Andrés Pugh).

Estoy escribiendo los primeros artículos de blog de nuestro sitio web, porque “zapatero a tus zapatos” sólo se cumple después de 16 años de “hacer zapatos”.

Mientras escribo, regreso a la pregunta recurrente que me hago desde hace meses: ¿cómo diablos reúno feminismo, nuevos capitalismos y producción digital en un discurso honesto y coherente con la filosofía de nuestra empresa? ¿tiene un sentido comercial o, por lo menos, existencial hablar de este híbrido que traigo en la cabeza? Obviamente me inclino a pensar que sí y por eso estoy aquí.

Ayer le dije a mi amiga Mariana que nosotres trabajamos preferentemente con y para mujeres. Ella vende huevos de gallinas de libre pastoreo, de-li-cio-sos y cada vez que me entrega mi dotación quincenal, platicamos un poquito sobre los adolescentes, las empresas y la vida en general. Ayer, mientras se iba, pensé en que tal vez mi declaración tan abierta a preferir trabajar con mujeres podría sonar injusta para la otra mitad: tanto nuestro equipo de trabajo, como nuestros clientes, son 50% hombres y mujeres.

Entonces decido partir de la injusticia de preferir colaboraciones con las minorías simbólicas para “hacer negocios” que con quienes ya tienen el camino adelantado (hombres-blancos-cis, sí). Y pues tengo a mi otro 50% que en su mayoría simpatiza con nuestra aparente excentricidad.

Entonces este será nuestro primer post del blog. Es 2021, estamos en la infinita recta final de la pandemia Covid-19 y todo se está reinventando.

Ime Maldonado
@misscircuitos

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